Resumen

Al igual que participar de la lucha antirracista desde la identidad blanca, o ser aliado feminista desde la subjetividad masculina, descolonizar desde la cooperación internacional al desarrollo (CID) representa un gran reto. Requiere un profundo trabajo de (auto)análisis situado de un sistema de CID que ya se encuentra en crisis, y que a su vez presenta grandes dificultades para materializar su discurso transformador en prácticas que realmente lo sean.

Pero en todo análisis de un sistema impositivo, como lo es también el colonial, hay que poner la mirada también en los márgenes del sistema. Y en los márgenes de los márgenes. En esos espacios es donde crece la verdadera transformación, y desde donde el AI entendido como una estrategia de protección a personas, organizaciones o comunidades en riesgo de sufrir violencia política debido a su trabajo como defensoras de derechos humanos, se presenta como una propuesta metodológica que ha sabido asumir la complejidad, desarrollando una experiencia interesante y valiosa.

El objeto de estudio del presente trabajo es el AI desde los conceptos clave de los estudios decoloniales, como serían las relaciones de poder, la interseccionalidad, la racialización o la agencia política. A pesar de haber sido invisibilizado de los principales análisis sobre la materia, el privilegio es el verdadero sustento del AI, por lo que una aproximación decolonial será necesaria para extraer su potencial transformador con justicia global.