Laburpena

El acceso al agua potable y al saneamiento no es universal a pesar de que ambos están reconocidos como derechos humanos fundamentales y, por tanto, vitales para la dignidad de todas las personas. Estos derechos están estrechamente relacionados con el acceso y condiciones de empleo, ocio, educación, el hogar o la comunidad, todas ellas instituciones clave para la supervivencia, emancipación y desarrollo humano de las personas. Además, el no acceso al agua y al saneamiento eficiente y adaptado a los climas tiene impactos sociales y medioambientales negativos, asociados, entre otros, con la amenaza del cambio climático, el desequilibrio demográfico y la mala gestión de recursos hídricos.

Dentro de los colectivos que ven estos derechos vulnerados, y por tanto que sufren las consecuencias más duras del no acceso, control y beneficio del agua y el saneamiento, se encuentran las mujeres y otras personas pertenecientes a colectivos minoritarios del sur global, especialmente de la región de África Subsahariana. Así se ha podido comprobar tras la revisión de diversas fuentes secundarias como informes internacionales, bases de datos, etc., especialmente los publicados por los organismos relacionados con las Naciones Unidas.